Ojo con esto

Es difícil valorar qué significa un recorte de 20 millones sin conocer el contexto y, por eso mismo, es fácil perderse en las pequeñeces. A veces, incluso, es más que habitual, entre tanta cifra, cometer errores en la búsqueda del titular perfecto y dar por buena información que no lo es. Remendamos cuatro errores comunes para evitar cegueras cuando buceamos entre partidas presupuestarias.

Eso que ves no es el gasto de toda España en sanidad

Mira el presupuesto. ¿Ves ese cuadrado que representa el gasto en Sanidad? ¿Y el de Educación? Bien. Frena. Eso no es lo que se gasta en educación y sanidad al año en España, es lo que gasta el Gobierno. De hecho, si te fijas en la partida, verás que la mayor parte está destinada a becas. ¿Y los profesores, escuelas, etc, cuestan menos que las becas? No tiene mucho sentido, claro.

Y es que el peso relevante de este gasto está en las comunidades autónomas, que tienen transferidas las competencias. Así que si quieres saber cuánto gasta España en esos dos asuntos clave, tienes que sumar los presupuestos de las comunidades autónomas. Si te fijas en la distribución por comunidades autónomas de 'Dónde van mis impuestos' podrás conocer el gasto REAL en las materias transferidas.

Parece lógico, pero para algunos no lo es tanto. Es habitual encontrar titulares en los que se afirma que el gasto en educación es menor que en Defensa, por ejemplo. Y no es así. Como mucho, podremos afirmar que “la partida presupuestaria destinada directamente a Educación desde el Gobierno sin contar lo que gastan las comunidades autónomas, que es mucho más, es menor que el gasto en Defensa”. El titular pierde gancho, ¿a que sí? La verdad, que a veces se pone repelente.

Deuda vs. déficit

El déficit es el gasto anual que sobrepasa los ingresos. El Estado paga esa parte a través de préstamos o mecanismos como las Letras o los Bonos del Tesoro. Y, claro, los gastos que no se cubren con los ingresos se van sumado con el tiempo. Eso es lo que se conoce como deuda pública: el déficit acumulado año tras año.

En cada presupuesto, el Gobierno reserva una partida para el pago de esa deuda, que se compone de dos partes, como las hipotecas: los intereses y la amortización. En las cuentas de 2022, esa partida es de 98.208 millones de euros (de los que unos 30.000 millones son intereses), lo que supone casi una quinta parte del gasto total para el año.

Hay dos maneras de mostrar el gasto, incluyendo la amortización o mostrando sólo los intereses, como ocurre en la visión global de los presupuestos. Si analizas el gasto por políticas puedes ver ambas maneras de sumar el gasto total. La que incluye la amortización de la deuda y otros gastos financieros similares: 527.000 millones (gasto total); o la que la ignora: 427.000 millones (gasto no financiero).

Si tiene una letra en medio NO es un número

No, lector, no te estamos subestimando. Todo esto es más que obvio, pero es que estamos hablando de errores reales, así que nunca está de más enmendarlos. Una partida presupuestaria es un código que permite localizar un gasto concreto. Incluye las tres categorías para clasificar un gasto: orgánica (quién lo paga), funcional (a qué se destina) y económica (qué tipo de gasto es).

Este código de barras nos permite localizar cualquier gasto dentro de las líneas y líneas de presupuesto. Pero no es una cifra. En enero de 2013, el BOE recogió el reparto de ayudas a pymes para la implantación de planes de igualdad. En total, distribuyó 788.639 euros entre 129 empresas y entidades. Entonces, Europa Press publicó una noticia para comunicar que Sanidad había gastado 26,1 millones en esta partida. ¿De dónde sacaron esa cifra? Confundieron los fondos destinados con el código de la partida presupuestaria: 26.21.232B.470. El artículo con el error sigue publicado más de un año después (si rectificaran, que estaría muy bien, aquí está el enlace permanente con la errata).

¿Qué es lo que de verdad significa esa ristra de números? Los presupuestos se pueden organizar y, por lo tanto, mostrar, de tres maneras: división funcional (a qué política de gasto va destinado: desempleo, deuda pública, defensa…); división orgánica (quién asume ese gasto: ministerio, entidad pública…); y división económica (qué tipo de coste es: de personal, transferencias corrientes, inversiones…). El código presupuestario recoge todos esos conceptos. Veamos qué nos dice el concepto presupuestario que no reparte 26,1 millones:

  • CLASIFICACIÓN ORGÁNICA: el ‘26’ inicial nos dice que el gasto sale del Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad y el ‘21’ que le sigue que, concretamente, lo asume la Dirección General para la igualdad entre hombres y mujeres.

  • CLASIFICACIÓN FUNCIONAL: el ‘232B’ del centro indica que pertenecen al Programa de Igualdad entre hombres y mujeres de la política 23: Servicios sociales y promoción social.

  • CLASIFICACIÓN ECONÓMICA: el ‘470’ final nos dice que el gasto se produce vía transferencias corrientes (4) a empresas privadas (47).

Ojo con los nombres de las partidas

Si miras la partida Alta Dirección en los presupuestos de 2015, descubrirás que creció en unos 19 millones de euros. Los perezosos -que no se adentran en el desglose- y con gatillo fácil a la hora de sacar conclusiones pueden confundirse y traducir ‘alta dirección’ por ‘altos cargos’, y ‘altos cargos’ por ‘sueldos de altos cargos’. El titular, con ese razonamiento sui generis, sale redondo: “Suben los salarios de los altos cargos”. Voilà. Es lo que le pasó a El Economista, que daba un paso más y relacionaba esta subida (falsa, como ahora veremos) con el sueldo de los funcionarios, que estaba congelado por entonces.

Pero es que esa partida no está destinada sólo al pago de salarios de altos cargos, ni mucho menos. De hecho, incluye muchísimos otros gastos vinculados, especialmente, a los órganos constitucionales. Entonces, ¿qué es lo que subió esos 19 millones -y no 20, como dijeron en El Economista-? La clave está en un programa concreto, Protección de Intereses Nacionales, destinado íntegramente al CNI, que crecía justo en esa cuantía. La subida no tiene nada que ver con sus gastos de personal, que se mantienen estables, sino en costes de funcionamiento e inversiones. Así, el titular correcto era: 'El presupuesto del CNI crece en 19 millones'. Nada que ver, claro.

Y lo más importante de todo: recuerda, esto es un presupuesto, una previsión, lo que se acaba gastando es otra cosa, se llama ejecución y se publica mensualmente, pero con mucho menos detalle que el presupuesto.